Tejido Sanguíneo
La sangre es un tejido conectivo compuesto de elementos
celulares (células y fragmentos celulares) y una matriz extracelular líquida
denominada plasma sanguíneo. La cantidad de sangre en el cuerpo humano depende
del tamaño; una persona de 70 Kg tiene 5 o 6 litros de sangre.
Entre las principales funciones de la sangre destacan tres.
Transportar nutrientes y oxígeno desde el aparato digestivo y los pulmones,
respectivamente, al resto de las células del organismo, y productos de desecho
desde las células hasta el riñón y los pulmones.
Es la principal vía
de comunicación entre células distantes para el intercambio de señales como las
hormonas. Homeostasis general o regulación del estado general del cuerpo, como
el mantenimiento de una temperatura corporal corporal homogénea o un pH
estable.
Protección frente a
heridas mediante su capacidad de coagulación, y defensa frente a patógenos
externos o células malignas internas gracias a las células del sistema
inmunitario, que utilizan la red de vasos sanguíneos para viajar a cualquier
parte del organismo.
Las células sanguíneas se clasifican en dos tipos:
eritrocitos o glóbulos rojos y leucocitos o glóbulos blancos. La sangre también
contiene fragmentos celulares denominados plaquetas. Los leucocitos se dividen
a su vez en granulares: neutrófilos, basófilos y eosinófilos, y en agranulares:
linfocitos y monocitos. Entre el componente celular, la mayoría son eritrocitos
(99% de la células), el resto son leucocitos y plaquetas. Todas las células de
la sangre derivan de una célula madre adulta común, que en los organismos adultos
se encuentran en la médula ósea.
Cuando se centrifuga la sangre los diferentes elementos que
la componen se separan por densidad. El componente más pesado son los
eritrocitos que quedan en el fondo del tubo, más arriba están los linfocitos y
plaquetas formando una fina banda blanquecina, mientras que el plasma es el
componente más ligero y queda en la parte superior. La sangre típica contiene
en hombres un 47% de promedio de eritrocitos, mientras que en mujeres es de un
41 %. Esto es lo que se denomina hematocrito, es decir, el porcentaje de
volumen de glóbulos rojos respecto al total del volumen sanguíneo.
El
porcentaje de leucocitos y plaquetas es menos del 1 %. El resto es plasma. El
color rojo de la sangre se debe a la gran cantidad de hemoglobina que hay en el
interior de los eritrocitos, con un color más oscuro cuando tienen poco
oxígeno. El suero es el plasma al que se le han eliminado los agentes
coagulantes.
-Los eritrocitos son los responsables de dar el color rojo a
la sangre por su alto contenido en hemoglobina, una proteína que contiene
hierro en su estructura. Su principal misión es la de transportar el oxígeno y
el CO2. El eritrocito, en mamíferos, se puede considerar como una célula
modificada para su función puesto que no posee núcleo y carece de mitocondrias
y otros orgánulos celulares. Tienen una forma bicóncava de unas 7,5 µm, lo que
le confiere mayor superficie de intercambio con el plasma sanguíneo.
-Las plaquetas, o trombocitos, son pequeñas porciones de
citoplasma sin núcleo. A microscopía óptica aparecen como estructuras pequeñas,
de 2 a 5 µm de diámetro. incoloras o ligeramente basófilas. Contienen
compartimentos membranosos en su interior que pueden ser de diferente tipos:
gránulos específicos azurófilos densos, mitocondrias (una o dos por plaqueta),
y vesículas/túbulos claros. También tienen gránulos de glucógeno. Su principal misión
es cooperar en la aglutinación y coagulación sanguínea. Están presentes en los
mamíferos, pero no en los vertebrados inferiores. Se forman mediante
"desgajes" del citoplasma de unas células denominadas megacariocitos
que se encuentran en la médula ósea.
-Los leucocitos presentan núcleo y son incoloros en la
sangre fresca. Su principal misión es la defensa del organismo frente a
agresiones como los patógenos externos o alteraciones aberrantes internas. Esta
función la realizan fuera de la propia sangre puesto que tienen la capacidad de
atravesar la pared vascular y actuar en los tejidos dañados. Realmente utilizan
el sistema circulatorio para desplazarse por el organismo. Los leucocitos
presentan en su citoplasma granos de dos tipos, azurófilos o primarios, que son
lisosomas, y específicos o secundarios de contenido variado.
Los glóbulos
blancos se clasifican en granulares y agranulares. Todos tienen granos
azurófilos pero los granos específicos son característicos de los granulares.
-Los leucocitos granulares son los neutrófilos, eosinófilos
y basófilos , mientras que los no granulares son los linfocitos y los
monocitos. Los neutrófilos son los leucocitos granulares más abundantes y
representan el 60-70% de todos los leucocitos. Se reconocen fácilmente por su
núcleo multilobulado. Presentan gránulos azurófilos, pero en mayor cantidad
granos específicos con un contenido en lisozimas, activadores del complemento,
colagenasas, etcétera. Son uno de los principales tipos celulares que intervienen
en la defensa frente a las infecciones bacterianas. Los eosinófilos representan
del 2 al 5% de la población leucocitaria. Su núcleo es bilobulado y en su
citoplasma los granos específicos se caracterizan por su fuerte apetencia por
colorantes ácidos como la eosina. Los basófilos son los leucocitos granulares
menos abundantes y más pequeños, representando el 0.5% del total. Su núcleo es
poco lobulado. Se caracterizan por poseer granos específicos que se tiñen con
colorantes básicos como la hematoxilina. El contenido en heparina e histamina
de sus granos específicos, así como la presencia en su membrana plasmática de
receptores para las immunoglobulinas E, hace pensar que actúan en el tejido
conjuntivo en cooperación con las células cebadas o mastocitos.
-Los leucocitos agranulares carecen de granos específicos en
su citoplasma pero sí presentan una escasa población de granos inespecíficos.
Los linfocitos son tras los neutrófilos los leucocitos más abundantes, representando
del 20 al 35 % de las células sanguíneas. Son células pequeñas, aunque se puede
encontrar una cierta variabilidad en su tamaño, lo cual parece no estar
relacionado con los diferentes tipos de linfocitos. Los dos grandes grupos de
linfocitos son los B y los T. Ambos principales responsables de las respuestas
de defensa inmune del organismo. Los otros leucocitos agranulares son los
monocitos. Éstos se caracterizan por tener un tamaño grande en los frotis
sanguíneos y por presentar un núcleo arriñonado. Los monocitos contribuyen a
las respuestas de defensa del organismo, abandonando la sangre y desplazándose
al lugar de la infección o daño, donde se convierten en macrófagos.
En general la vida de los elementos celulares que forman la
sangre es muy corta, y puede ir desde horas a unas pocas semanas (excepto
algunos linfocitos denominados de memoria que pueden durar años). Por tanto se
deben generar continuamente células sanguíneas, proceso conocido como
hematopoyesis. En humanos, los lugares donde esto ocurre cambia durante el
desarrollo: en embriones es sobre todo en el saco vitelio, durante la etapa
fetal se traslada al hígado, bazo, tejido linfático y después a la médula ósea
roja. Tras el nacimiento, la hematopoyesis se traslada a la médula ósea del hueso
trabecular y la cavidad medular de los huesos largos. En adultos ocurre en los
huesos de cráneo, pelvis, vértebras, esternón, y las zonas próximas de la
epífisis del fémur y el húmero. La hematopoyesis en adultos se puede reiniciar
en el hígado y en el bazo bajo ciertas circustancias.
Linajes celulares de la sangre
Esquema básico con los linajes de los diferentes tipos
celulares que se pueden observar en la sangre. Las células progenitoras se
encuentran en la médula ósea y los mastocitos y los macrófagos se encuentran en
los tejidos conectivos.
-El plasma es el componente fluido de la sangre y representa
más de la mitad del volumen sanguíneo. Es un 90 % agua, el resto es
mayoritariamente proteínas, pero también iones, aminoácidos, lípidos, gases,
nutrientes y sustancias de desecho. Es el principal medio de transporte de
nutrientes y productos de desecho.
-La albúmina es la proteína más abundante del plasma (54 %
del total de proteínas) y desempeña diversas funciones. Muchas moléculas se
asocian a ella para ser transportadas por la sangre como ácidos grasos y
hormonas esteroideas. También es el factor más importante para el mantenimiento
de la presión osmótica de la sangre, lo cual contribuye a mantener y regular el
volumen sanguíneo. Las globinas son las segundas proteínas más importantes del
plasma. Es un grupo de proteínas que se divide en 3 tipos: alfa, beta y gamma.
Representan aproximadamente el 38 % de las proteínas del plasma. Las alfa y
beta se sintetizan en el hígado y transportan hierro, lípidos y vitaminas
liposolubles. También contribuyen a la osmolaridad de la sangre. La globulinas
gamma son los anticuerpos solubles del sistema inmunitario, también denominadas
inmunoglobulinas. El fibrinógeno es otra proteína del plasma, que aunque no muy
abundante, es importante para la coagulación de la sangre. El fibrinógeno se
sintetiza en el hígado
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